30 de enero de 2020- La sociedad mercantil estatal Aguas de las Cuencas de España (ACUAES), del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, ha entregado hoy a la entidad pública empresarial Augas de Galicia, de la Xunta de Galicia, las obras del Saneamiento de Ribeira (A Coruña) para su operación y mantenimiento, tras haber finalizado su fase de puesta en marcha.

La directora general de ACUAES, Rosa Cobo, y la directora de Augas de Galicia, Teresa Gutiérrez, han procedido a la firma del acta de entrega y transmisión de la titularidad de las infraestructuras en un acto que se ha celebrado hoy en la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Ribeira, al que ha asistido también el director técnico de ACUAES, Jerónimo Moreno. Tras la firma, realizaron un recorrido por las instalaciones para comprobar su buen funcionamiento.

En virtud del acuerdo, a partir de las 24:00 horas del día 31 de enero de 2020, Augas de Galicia sucederá a ACUAES con respecto de los contratos vigentes, haciéndose responsable a partir de este momento Augas de Galicia de las operaciones de conservación, mantenimiento y explotación.

Las obras del “Saneamiento de Ribeira”, que han requerido una inversión de 21,6 millones de euros, benefician a una población de 32.500 habitantes equivalentes del núcleo urbano de Ribeira, de la población de Aguiño y de los núcleos de Ameixida, A Revolta y Castiñeiras, en A Coruña.

La actuación incluyó la construcción de una depuradora, un emisario submarino de 1.077 metros de longitud, siete tanques de tormentas y 13,6 kilómetros de conducciones.

La EDAR tiene una capacidad para tratar un caudal medio de 91 litros por segundo, es decir más de 7.800 m3/día, aunque podrá asumir puntas de 344 litros por segundo, equivalente a un caudal de 29.721 m3/día.

Durante la fase de puesta en marcha de la infraestructura se ha conseguido que el sistema alcance los requisitos para el que fue diseñado, cumpliendo las exigencias de la autorización de vertido emitida por Augas de Galicia.

Asimismo, los controles realizados durante esta fase en el medio receptor, así como los análisis de olores y ruidos llevados a cabo en el entorno de las infraestructuras construidas, muestran la ausencia actual de afecciones como consecuencia de su funcionamiento.